miércoles, 2 de diciembre de 2009

Busqué en el reloj mi tiempo
y no estaba
sin embargo alli estuvo mi capital
mi vida entera.
Busco en mi corazón algún rescoldo
pero no queda.
No queda mantel ni mesa.
No queda amor en mi costado
ni en mi cabeza fuerza.
Urge pues un alma nueva
que abandone éste concepto estatico
del bronce y el acero, del oro y la madreperla.
Mas cómo y por qué si vacía está mi sementera.

La tierra que pisé era mía y no supe romperle las cadenas
ni mezclar su sangre con mi sangre
ni regar con mi agua su cansera.
No supe escuchar los ecos roncos
los lamentos detrás de cada piedra
y pensé tan solo en el ahorro que llenó mi risa de miseria.

Por eso estoy ahora encarcelado
en una prisión, comiendo olvido,
alimento que crece ente las rejas.

Y cuando quiero llorar, no tengo fuerza.

Urge pues que nazca ... o muera.

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